viernes, 25 de agosto de 2023

Reducción de tu Acento

¿Te causa conflicto que quien te escucha hablar sabe inmediatamente que no eres un nativo parlante por tu acento?¡Despreocúpate! ¡Es lo que te define!


¿Tu acento es un problema? En realidad no; es solo un factor de vanidad. Siempre y cuando lo que digas sea entendible en el segundo idioma, no hay por que preocuparse si tu objetivo no es ser un locutor de radio o conductor de televisión. Muchas personas importantes y competentes tienen acentos que los identifican como no nativo parlantes y se comunican perfectamente en su segundo idioma. Es cierto que queremos sonar lo más parecido a un nativo parlante pues es un modelo a seguir para aprender el idioma, pero también queremos seguir siendo nosotros mismos. La sensibilidad a conservar nuestra identidad personal es fundamental pues representa quienes somos. El orgullo a mostrar nuestros orígenes, costumbres, tradiciones y riqueza cultural debe estar presente ya que cuando aprendemos un idioma nuevo enriquecemos nuestras vidas conociendo a otros y compartiendo quienes somos y de donde venimos. 

Puede ser difícil para algunos lograr una pronunciación como un nativo parlante, pero se puede lograr. Es parte de la sicología de aprender un idioma extranjero; aprendes no solo las reglas gramaticales o el léxico, sino también diferentes aspectos de las personas que hablan ese idioma. Ahora, ¿Qué acento o entonación tratar de imitar si varia de una región a otra dependiendo de diferentes factores? Escucha, escucha, y escucha cuidadosamente. Primero despacio, después a una velocidad normal y trata de imitar frases o palabras en lugar de sonidos individuales. Recuerda que tu fluidez no es lo rápido que hablas, sino la cadencia y el ritmo con que lo haces. 

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miércoles, 9 de agosto de 2023

No les sonrías a los alumnos.


 "No les sonrías. Que te perciban seria y estricta." 

Esas fueron las palabras exactas que me dijeron con uno de mis primeros grupos de idioma. Aparentemente el grupo tenía fama de ser rebelde, irresponsable e irreverente. Entré al salón siguiendo el consejo que me dieron y tratando de estar alerta sobre cualquier falta de respeto hacia mi persona. No podía entender como podría haberse generado una situación tan tensa y no quise pedir detalles. Me sentía algo desorientada en como debía actuar y sobre el tipo de actividades que debía incluir en mi plan de trabajo. Los alumnos se mostraban dispuestos a colaborar y participaban en cada lección sin quejarse; incluso sonreían. No pasó mucho tiempo antes de que hiciera a un lado la recomendación y que disfrutara plenamente mi trabajo. Planeaba, experimentaba, implementaba, corregía y me divertía. Las clases fluyeron durante todo el cuatrimestre, e incluso tuve ese grupo asignado en varias ocasiones sin ningún problema. Años más tarde aún encuentro a esos alumnos y me saludan amablemente. 

                             Moraleja: No entres a un salón de clase con preconcepciones.                      Eres tú y tu pasión por lo que haces lo que te abrirá el camino con los alumnos. 


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